✅ Perspectivas de un banquero central sobre el futuro de las finanzas
May 04, 2024Estudiar el pasado para comprender el futuro
A lo largo de la historia, las crisis económicas han sido momentos de profundo cambio, marcando la transición de sistemas y políticas.
Estos eventos a menudo comparten señales de advertencia y generan respuestas institucionales que buscan reformar las economías afectadas.
Así, por ejemplo, la crisis financiera global de 2008 fue originada por una burbuja inmobiliaria en EE.UU. y una crisis de liquidez bancaria mundial.
Para controlar la situación se hicieron rescates financieros gubernamentales, políticas de estímulo y bajadas históricas en las tasas de interés, lo que condujo al aumento de la inflación.
¿Podría haberse evitado? En cierto modo sí. Entendiendo los ciclos comunes que suelen repetirse a lo largo de la historia, se vuelve posible entender las señales, en este caso de precios inflados de bienes raíces y prácticas de préstamo irresponsables.
El dinero, el crédito y la deuda están irremediablemente vinculados
Las respuestas monetarias a las crisis económicas a menudo se centran en el manejo de la política cambiaria y las reservas de valor como el oro y el dólar.
Como mencionó Ardian Fullani, "las crisis tú las importas o las exportas", refiriéndose a cómo las decisiones económicas de un país pueden afectar globalmente.
Los bancos centrales, desde sus inicios, han jugado un papel crucial en esta dinámica, manteniendo reservas tanto en oro como en monedas no convertibles para manejar la liquidez.
Durante el periodo de 1920 a 1925, Alemania, Francia e Inglaterra intentaron estabilizar sus monedas a través de un estándar oro compartido, pero el plan colapsó, lo que llevó a una reconsideración del oro como respaldo universal.
Esto culminó en la post-guerra cuando el dólar emergió como la principal moneda de reserva, especialmente después de que Nixon desvinculara el dólar del oro en 1971 para manejar crisis monetarias, reduciendo las reservas de oro de EE.UU. en un 70%.
Sin embargo, en palabras de Fullani, "el dólar está perdiendo terreno en cuanto a hegemonía y como moneda de reserva, pero aún tiene el 60% del mercado", reflejando la necesidad de adaptarse a un sistema financiero global cambiante y más interconectado.
En este nuevo contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha fomentado el uso de los Derechos Especiales de Giro (SDR) como alternativa al dólar en las reservas globales, buscando diversificar y estabilizar el sistema financiero internacional.
Instituciones como el FMI y el Banco Mundial juegan roles esenciales, proporcionando asistencia financiera y modernizando la infraestructura bancaria central y capacitando a su personal, lo que ayuda a preparar mejor a los países para futuras crisis.
Además, se está explorando la implementación de las Monedas Digitales del Banco Central (CBDC) para promover un sistema financiero más seguro y eficiente, resaltando la importancia de la innovación y la adaptación en la era digital.
El dinero y el poder hacen que el mundo gire
Ardian Fullani expresó que "el dinero es un gran motor del estado", reflejando cómo las finanzas dirigen tanto la política estatal como la economía.
Las criptomonedas, al cumplir las funciones de: medio de pago, medio de intercambio y reserva de valor, desafían las convenciones financieras tradicionales y plantean la necesidad de una regulación adaptativa.
La competencia entre las criptomonedas y los sistemas financieros tradicionales ha estimulado una evolución en la banca y las fintech, que ahora ofrecen servicios más eficientes y económicos.
No obstante, aún hay alrededor de 2.500 millones de personas que no utilizan servicios financieros formales, según el Banco Mundial.
Esta libre competencia ha abierto nuevos mercados y ha incrementado la liquidez, pero también plantea la pregunta crucial: ¿Quién debe regular este diverso campo financiero?
Mientras que algunas voces sugieren que las grandes instituciones deben liderar, estableciendo estándares y prácticas, otros abogan por un enfoque más descentralizado, donde múltiples entidades, incluidas las privadas, tengan voz en la regulación.
En cuanto a la inflación, las criptomonedas como Bitcoin ofrecen una alternativa deflacionaria, ya que su suministro es fijo y no se pueden crear más monedas de las programadas.
Lo que contrasta con las políticas de dinero fiat, donde el suministro es casi ilimitado y a menudo resulta en devaluación e inflación.
Fullani reconoce la validez de Bitcoin en el ecosistema financiero, aunque critica sus limitaciones para la macroeconomía.
Otro tema de debate es la influencia de conglomerados como BlackRock y Vanguard en la política financiera; aunque algunos critican su poder, Fullani sugiere que la regulación adecuada puede mitigar los riesgos de un interés excesivo de estas corporaciones.
En este contexto de transformación financiera, es vital que las regulaciones evolucionen para proteger a los consumidores sin ahogar la innovación.
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